El arte del maquillaje: el orden correcto para aplicar corrector, bronceador, iluminador, rubor y maquillaje de ojos
El maquillaje es un arte, pero la verdad es que a veces es más fácil crear un pequeño desastre que lograr ese efecto «wow». Lo sé porque alguna vez, en lugar de un contorno perfecto, conseguí algo parecido a un camuflaje de guerra… Así que, si alguna vez te has preguntado cómo aplicar correctamente el corrector, bronceador, iluminador, contorno, rubor y maquillaje de ojos, ¡has llegado al lugar adecuado! Permíteme guiarte paso a paso en este proceso, porque el orden correcto realmente marca una gran diferencia. Por supuesto, no olvidemos la técnica, ya que el maquillaje debe ser como una segunda «piel» y no una máscara. Así que, ¡manos a la obra! ¡Es hora de descubrir los secretos de un maquillaje perfecto!
Preparación de la piel – El primer paso hacia el maquillaje perfecto
No sé tú, pero durante años descuidé la preparación de la piel. Luego me quejaba de que la base se desgastaba, las sombras se corrían, y mi rostro parecía una mezcla entre una tortita y una linterna. Bueno, ¡se aprende de los errores! Una buena hidratación es absolutamente necesaria si quieres que tu maquillaje luzca bien y dure todo el día. La prebase es tu mejor amiga – igualará la textura de la piel, reducirá la visibilidad de los poros y hará que el maquillaje se mantenga en su lugar como pegado. Matificante, hidratante, iluminadora – la elección es tuya, dependiendo del efecto que busques. A mí personalmente me encanta la iluminadora, porque aporta ese «efecto glow», como si acabara de pasar una semana de vacaciones.
Una piel bien cuidada es como el cimiento de una casa: si está bien hecho, todo lo demás va sobre ruedas. Así que, prebase en el rostro y luego ¡a divertirse con los colores!
Rellenado de cejas – La base del marco del rostro
Ahora hablemos de las cejas. Siempre tuve la teoría de que las cejas son como el marco de una pintura: bien definidas, y de inmediato el conjunto se ve mejor. Comienzo cepillándolas con un cepillo (sí, no es solo para los dientes), y luego las relleno suavemente con un lápiz o pomada. Digo «suavemente» porque unas cejas demasiado marcadas pueden parecer dos arcos de marcador. Cuando ya tienes tus cejas ideales (sí, sé que suena como un sueño), vale la pena fijarlas con un gel para que permanezcan en su lugar todo el día, incluso después de una sesión de yoga, donde cada postura pone a prueba el maquillaje.
¿Cejas listas? Genial, ahora es momento de centrarse en el resto del rostro, pero recuerda: unas cejas bien definidas ya son la mitad del éxito.
Corrector – La clave para esconder imperfecciones
Ah, el corrector: es como una varita mágica en el mundo del maquillaje. Ya sea para ojeras, manchas o ese granito inoportuno, el corrector viene al rescate. Recuerdo que antes lo aplicaba antes de la base… ¿El resultado? Más capas y nada de esa ligereza que queremos lograr. Así que, mi consejo es aplicar el corrector después de la base, solo donde realmente sea necesario. Usa un tono más claro que el de tu piel para la zona de las ojeras, para dar frescura y aclarar la mirada. Recuerda que la esponja o el pincel son tus mejores amigos: aplica suavemente en lugar de extender, es la clave del éxito.
El corrector es tu as bajo la manga: solo úsalo con cabeza, y las ojeras e imperfecciones desaparecerán como por arte de magia.
Sombras de ojos – Crea una mirada intensa
Alguna vez pensé que aplicar sombras de ojos era pura intuición: cargas el pincel, das unos cuantos brochazos y listo. ¿Cierto? Bueno, la realidad rápidamente corrigió mis habilidades. Ahora sé que la prebase para sombras es un paso ineludible. Mantiene las sombras en su lugar y hace que luzcan intensas durante todo el día. Comienzo con un tono neutro, luego uno más oscuro en el pliegue, y finalmente un iluminador bajo el arco de la ceja y en la esquina interna del ojo. ¡Y voilà, una mirada que atrae todas las miradas!
Ah, y una cosa más: los pinceles son como varitas mágicas. Cuanto mejor elijas la herramienta para cada tarea, más espectacular será el resultado. Así que no temas experimentar con sombras: el maquillaje de ojos es una oportunidad para expresarte.
Bronceador y contorno – Modelando el rostro
Seguro que conoces esa sensación cuando te miras en el espejo y piensas: «Hmm, falta algo». Ahí es cuando recurro al bronceador y empiezo a dar forma al rostro. La regla es simple: aplico el bronceador donde el sol naturalmente iluminaría mi cara: pómulos, frente y mandíbula. Por supuesto, sin exagerar, nadie quiere parecer que ha pasado todo el día en una cama de bronceado. Movimientos suaves, y luego a difuminar, difuminar y difuminar más.
Contornear es ya magia en sí misma. Aquí uso tonos más fríos para definir rasgos, un poco bajo los pómulos, en la línea de la mandíbula y a los lados de la nariz. ¿El efecto? El rostro toma forma y parece más esculpido. Es como un pequeño truco, pero ¿a quién le importa cuando el resultado es tan fantástico?
Rubor – Añade un brillo saludable
El rubor es ese pequeño, pero poderoso producto que puede cambiar por completo tu apariencia. Me encanta aplicarlo en las mejillas y luego difuminarlo hacia las sienes. Para pieles claras, los tonos rosados funcionan mejor, mientras que para tonos más oscuros, los melocotones son ideales. Es importante que el rubor no sea demasiado intenso; nadie quiere parecer un payaso en un festival primaveral. Siempre comienzo con poca cantidad y añado más si es necesario, hasta obtener un efecto sutil.
Es increíble cómo una pequeña cantidad de rubor puede dar vida al rostro, ¿verdad?
Iluminador – Efecto de piel sana y radiante
Y para el final, la guinda del pastel: el iluminador. Si sueñas con verte descansada y radiante (incluso después de una noche sin dormir), este es el producto para ti. Lo aplico en los pómulos, el puente de la nariz, el arco de cupido y sobre el arco de la ceja. Estos son puntos mágicos que dan brillo al rostro. Pero cuidado: menos es más. No queremos parecer que nos hemos bañado en purpurina, ¿verdad?
Para un efecto glow natural, elige iluminadores con partículas finas. Realzan la belleza sin un brillo excesivo. Recuerda, un brillo sutil y saludable es la clave.
¿Cómo aplicar la base como primer paso en el maquillaje?
Piénsalo un momento, ¿cuál es el primer paso si quieres que tu maquillaje dure todo el día? ¡La base! Es como el cimiento de una casa, pero esta vez tu hermosa sonrisa es la teja. Por supuesto, elegir la base adecuada es clave, al igual que elegir el color de pintura correcto para las paredes (recuerdo cuando elegí el tono equivocado y me veía como un fantasma de vacaciones en el Sahara). Personalmente, siempre opto por una fórmula ligera que cubra pero no haga que la cara parezca una máscara. ¿Aplicación? Esponja, pincel o dedos, he probado todos y puedo decir esto: ¡a cada quien le funciona diferente! Lo importante es una aplicación uniforme; no quieres que un lado del rostro se vea como la Mona Lisa y el otro como… bueno, dejémoslo en la Mona versión Picasso. Si tienes enrojecimientos, aplica un poco más de base en esas áreas y luego sigue adelante, porque este es solo el comienzo de nuestra aventura de maquillaje.
¿Cuándo aplicar el corrector para cubrir imperfecciones?
El corrector: ¡mi pequeño héroe de todos los días! Sabes que puede esconder esas ojeras que te hacen parecer como si no hubieras dormido en una semana. Yo lo uso justo después de la base para igualar todo. Recuerdo que una vez hice lo contrario: corrector antes de la base, y el resultado fue que el corrector se paseó por toda mi cara… Recuerda una regla importante: el corrector debe ser un tono más claro que la base. No solo funciona para ojeras, también en granitos, manchas y esas venitas molestas. Pero atención, ¡con moderación! Una vez me apliqué tanto que parecía que me había pintado arrugas extra. Aplica suavemente con el dedo o una esponja y disfruta de una piel perfecta, lista para los focos.
¿Cómo aplicar productos en crema o líquidos correctamente?
Los productos en crema o líquidos son algo que me encanta: rubor, bronceador, iluminador en crema… pero hay que tener cuidado porque aplicarlos sobre el rostro ya empolvado es como intentar pintar acuarelas en la arena. Una vez me atreví… y el resultado parecía una galería de arte abstracto. Empieza con los productos líquidos antes de tocar el polvo. Personalmente, me gusta construir el color poco a poco: comienzo con poca cantidad y añado si es necesario. Los productos en crema son la clave para verte como recién llegada de vacaciones, y no como si vinieras de un maratón en el gimnasio. Cuidado con las líneas fuertes: difumina, difumina y vuelve a difuminar. ¿Y al final? Disfruta del brillo que dura todo el día, especialmente si lo fijas con un toque de polvo.
¿Por qué empolvar el rostro es fundamental?
No me malinterpretes, pero el empolvado es ese último paso antes del “¡ta-da!” en el maquillaje. Alguna vez pensé que podía saltármelo… y mi rostro, después de unas horas, parecía estar derritiéndose. Ahora siempre empolvo, especialmente la zona T (¿lo sientes? Frente, nariz, mentón, como zonas de alerta en el rostro). Polvo suelto para matizar, compacto para retoques durante el día; reglas simples que salvan el maquillaje. Solo recuerda una cosa: mano ligera, porque el empolvado grueso te hace parecer como si hubieras caído en una bolsa de harina. ¡Queremos un brillo saludable, no un mate de papel!
¿Cómo aplicar el bronceador para definir el rostro?
El bronceador… ah, mi forma favorita de verme como si viniera de unas vacaciones en Bali, aunque lo último que vi fue la pantalla del ordenador. Uso el bronceador en forma de «E»: comienzo en la frente, pasando por los pómulos, hasta la mandíbula. Una vez apliqué demasiado… el resultado: una cara pintada de un tono ladrillo. La clave es la sutileza. Un contorno suave y bien difuminado hace que tus rasgos se vean más definidos y el rostro luzca como si tuviera un bronceado saludable. Si temes un efecto demasiado mate, elige un bronceador con un toque de brillo satinado. ¡Ideal para añadir ese “wow”!
Rubor – La clave para una piel saludable
El rubor es ese secreto infalible que nunca falla: da al rostro un aspecto fresco, incluso cuando bostezo al pensar en la próxima reunión. Siempre trato de aplicar el rubor después del bronceador, ya que es como la cereza del pastel que destaca el conjunto. Claro, la elección del color es también un arte: tonos suaves para pieles claras, tonos cálidos para tonos de piel más oscuros. Recuerdo una vez que apliqué demasiado y parecía una muñeca con mejillas rojas. La regla “menos es más” realmente funciona. Aplica suavemente, y el rostro de inmediato luce sano y radiante, sin exagerar.
¿Cómo ilumina tu rostro el iluminador?
El iluminador, mi número uno para lograr ese “glow” como después de un buen sueño. Lo aplico en zonas estratégicas del rostro: pómulos, puente de la nariz, arco de cupido y en los extremos internos de los ojos. Pero cuidado, un brillo demasiado intenso puede hacer que el rostro parezca grasoso, y no es lo que queremos. Elige productos con pigmentos finos: un efecto sutil, pero visible, es la clave del éxito. Y de repente, tu maquillaje tiene una nueva dimensión. Este es el momento en que mi piel parece fresca, llena de vida y… bueno, como después de unas buenas vacaciones.
Maquillaje de ojos – El último paso en la creación de un look completo
Ojos: nuestra última parada en este viaje de maquillaje. Después de la base, corrector, bronceador, rubor e iluminador, llegó el momento de las sombras de ojos. Comienzo eligiendo colores que complementen el resto del maquillaje, y luego… difumino. Una vez dejé líneas definidas entre los colores – parecía que me había maquillado en la oscuridad. La clave es la suavidad y precisión. Y al final – ¡máscara! Nada abre la mirada como unas pestañas bien definidas. Si te apetece algo más dramático, el delineador hace maravillas. Solo recuerda que todo el maquillaje debe ser coherente; el conjunto debe funcionar en armonía, como una sinfonía bien compuesta, y no un concierto al azar. Ahora que el maquillaje de ojos está listo, te sientes como una diosa. ¡Porque lo eres!
¿Cómo aplicar correctamente el polvo de contorno?
Imagínate que estás frente al espejo, con el polvo de contorno en la mano, lista para una pequeña transformación. Comenzamos la aventura donde cada movimiento del pincel puede convertir tu rostro en una verdadera obra de arte. Tras la base y el corrector – es como preparar el lienzo – es el turno del contorno. ¿Pero dónde aplicar este maravilloso polvo? Lo explico: bajo los pómulos (¡hola, rostro afinado!), en la línea de la mandíbula (¡adiós, papada!), a lo largo de las sienes y en los lados de la nariz (¿quién necesita cirugía plástica?). Y ahora lo más importante: difuminar. En serio, no quieres parecer como si hubieras aplicado pinturas de guerra. Usa el polvo en pequeñas cantidades y ve aumentando la intensidad, como al cocinar la salsa perfecta. ¿Lista? ¡Entonces, manos a la obra!
Bronceador, iluminador y rubor – ¿cómo aplicarlos en el orden adecuado?
Y ahora llega el momento de este trío mágico: bronceador, iluminador y rubor. Pero antes de lanzarte a los pinceles, dime, ¿sabes en qué orden aplicarlos? Primero el bronceador. ¿Por qué? Porque es como trazar los contornos de una pintura: primero necesitas darle profundidad. Úsalo en los pómulos, sienes y mandíbula. Calentar estas zonas hace que el rostro tome forma y color. Luego vamos con el iluminador, como la luz del sol en tu cara. Lo aplicamos en los pómulos, el arco de cupido, el centro de la nariz y bajo el arco de la ceja. El último paso – el rubor. Piensa en esto como dar vida a todo el maquillaje, como el toque final. Un poco de rubor en los pómulos, difuminado hacia las sienes y… ¡voilà! Se ha logrado la armonía, los productos se unen como piezas de un rompecabezas. Nada desentona y tú luces fresca y natural.
¿Vale la pena usar la técnica del «bake» y cómo hacerlo?
Bueno, ahora vamos a algo que puedo llamar el arma secreta del maquillaje: la técnica del «bake», o el llamado «horneado». No, no se trata de galletas (aunque ¿a quién no le gustan las galletas?), sino de literalmente “fijar” el maquillaje usando polvo. ¿Sabes qué es lo mejor? Después de aplicar el corrector y la base, aplicas una capa gruesa de polvo translúcido en las áreas que quieres destacar: debajo de los ojos, en la frente, barbilla y bajo los pómulos. Y ahora lo más importante: esperar. Das tiempo a tu cuerpo para que el calor “hornee” estos productos. Unos minutos, un poco de paciencia y puedes eliminar el exceso de polvo suavemente. ¿El resultado? Una piel mate y perfectamente lisa que dura todo el día. ¿Sinceramente? Es el método ideal para días largos e intensos o para ocasiones especiales, cuando tu maquillaje debe resistirlo todo, incluso una piel grasa.
¿Cómo destacar correctamente la línea inferior de las pestañas con sombra de ojos?
Ahora es el turno de los ojos. La línea inferior de las pestañas suele pasarse por alto, pero créeme, es precisamente esa la que puede añadir esa profundidad inigualable a tu mirada. Alguna vez pensé que era un detalle, y ahora no imagino un maquillaje sin destacar el párpado inferior. Tomas un pincel pequeño y preciso, lo sumerges en la sombra y la aplicas suavemente a lo largo de la línea de las pestañas. Recuerda difuminar, porque nadie quiere líneas marcadas. Un truco: el párpado inferior puede, pero no tiene que coincidir con el superior. Personalmente, me gusta añadir una sombra más clara para agrandar visualmente el ojo. Si quieres un look más dramático, opta por un tono oscuro. Al final, lápiz o delineador en la línea de agua. ¿El resultado? Ojos intensos y agrandados, que dicen más que mil palabras.
¿Cómo eliminar correctamente el bake antes de continuar con el maquillaje?
Imagínate este escenario: terminas un maquillaje perfecto, todo luce ideal y ahora es momento de quitar el bake. Pero espera, ¿cómo hacerlo sin arruinar todo este trabajo minucioso? Créeme, lo he hecho mil veces en mi salón. El bake es una técnica maravillosa, pero solo si sabes cómo eliminarlo suavemente. Siempre recurro a un pincel kabuki suave, tan delicado que casi invita a jugar con él. Recuerda: nada de frotar. Queremos eliminar el exceso de polvo, no toda la cara. Hecho correctamente, da un efecto suave como la seda. Nadie quiere parecer como si llevara kilos de polvo, ¿verdad?
¿Cómo y cuándo aplicar el spray fijador de maquillaje?
Ah, el spray fijador… ¡mi pequeño héroe en una botella! Es uno de esos productos que salva el maquillaje del desgaste al cabo de unas horas. Después de quitar el bake, siempre uso el spray fijador. ¿Por qué? Porque quiero que mi maquillaje dure todo el día y la noche, y a veces hasta la mañana. ¿El momento clave? Aplicarlo. Mantén el bote a unos 20-30 cm del rostro y rocía, como un jardinero regando flores, suavemente en movimientos circulares. Espero a que se seque, lo que requiere un poco de paciencia, pero el efecto… ¡vale la pena! El rostro luce fresco, como si acabaras de terminar el maquillaje, y sin ese efecto de “desierto” en la piel.
¿Cómo poner pestañas postizas para un efecto natural?
Ahora es momento de las pestañas. Lo admito, las pestañas postizas son mi herramienta secreta para añadir “wow” a cualquier maquillaje. ¿Alguna vez te has puesto pestañas y te has sentido como una muñeca? Exactamente. El truco está en el efecto natural, y eso requiere unos cuantos trucos. Lo primero: el ajuste. Si las pestañas son demasiado largas, toma unas tijeras y recorta sin miedo. Una vez que aplicas una capa delgada de pegamento, dale unos segundos para que se vuelva pegajoso. Así las pestañas se adherirán como un sueño. Uso pinzas porque hacerlo a mano… bueno, no siempre sale perfecto. Recuerda, cuanto más cerca de la línea de tus pestañas naturales, mejor. Es el secreto para que nadie adivine que no son tuyas.
¿Se debe usar máscara en las pestañas postizas?
Y ahora la pregunta clásica: ¿máscara en las pestañas postizas o no? La respuesta es sí, absolutamente. Pero no exageremos; una capa es suficiente para unir las pestañas naturales con las postizas y lograr un efecto bonito y uniforme. Además, no olvides las pestañas inferiores; aquí siempre recomiendo aplicar máscara. Es un detalle pequeño, pero abre el ojo y añade profundidad a la mirada. Créeme, con este truco tus ojos parecerán más grandes y expresivos. ¿Y quién no quiere tener ojos hermosos y grandes?
El orden para aplicar corrector, bronceador, iluminador, contorno, rubor y maquillaje de ojos
El maquillaje perfecto es como una estrategia bien planificada; hay que seguir el plan, de lo contrario, termina en desastre. Bueno, tal vez no tan dramático, pero ya sabes a qué me refiero. Se trata de que el orden de aplicación de los productos importa. Aplicando todo «al azar», puede que el rostro, en lugar de irradiar, se vea como si le hubieran puesto un filtro caducado de Instagram. Así que hoy, con calma, te guiaré paso a paso por mi método probado. Empezamos con corrector, bronceador, iluminador, contorno, rubor, y terminamos con los ojos, porque sí, los ojos son la guinda del pastel.
Corrector – la base del maquillaje
¿El primer paso? ¡Siempre el corrector! Oh, y no me digas que no tienes ojeras. Todas tenemos esas mañanas en que parecemos pandas tras una fiesta. El corrector es nuestro pequeño héroe diario, esconde esas ojeras y otras pequeñas «sorpresas». Ejemplo: un día me levanté con una piel perfecta… y luego desperté realmente y vi lo que pasaba en mi cara. Corrector en la frente, bajo los ojos, en la nariz y alrededor de la boca: estos son los puntos estratégicos donde siempre hay algo que corregir.
¿Truco? Nunca exageres con la cantidad de corrector. Menos es más, ya que nadie quiere que el maquillaje empiece a acumularse en las arrugas después de una hora. Y con el corrector en su lugar, la piel luce fresca, ¡podemos continuar!
Bronceador – sombra que añade calidez al rostro
El bronceador es un mago, añade calidez como si volvieras de un rápido viaje a Mallorca. Y aquí la gran pregunta: ¿por qué el bronceador después del corrector? Porque el corrector iguala el tono y el bronceador añade calidez y dimensión. Recuerdo que una vez decidí empezar con el bronceador, y el resultado fue que me veía como una naranja gigante. Así que aprendí la lección: corrector primero, bronceador después. Aplicamos el bronceador donde el sol nos broncearía naturalmente: pómulos, sienes y mandíbula. ¡Difuminar es la clave, chicas! ¿Líneas duras? No, gracias, eso déjenlo para principiantes.
Iluminador – brillo que resalta los rasgos faciales
Ah, el iluminador. ¿Recuerdas esos tiempos en los que todos tenían una obsesión con el iluminador y brillaban como árboles de Navidad? Yo también pasé por eso, pero ahora sé que menos es más. Aplícalo en los pómulos, el arco de cupido (esa pequeña curva sobre los labios) y un poco en la nariz. Se trata de un brillo sutil, como si estuvieras iluminada desde dentro. Cuando el iluminador es demasiado llamativo, en lugar de “wow”, tenemos “ufff”. Así que personalmente prefiero un toque suave de brillo.
Contorno – esculpiendo el rostro
Contornear es para mí como magia, realmente, como si alguien te diera una varita mágica para esculpir el rostro. Me encanta porque permite afinar el rostro, resaltar los pómulos y ocultar lo que no queremos mostrar (por ejemplo, una papada que a veces aparece cuando una pasa demasiado tiempo en el escritorio). El contorneado requiere un poco de práctica, pero te prometo que una vez que empieces, nunca volverás a la forma antigua de maquillarte. La clave es difuminar, ¡nada de líneas duras!
Rubor – añadir frescura
Sin rubor, queridas, el rostro parece una escultura de mármol: perfecta, pero sin vida. Y queremos estar vivas, ¿verdad? Yo siempre elijo un tono de rubor que combine con mi piel. ¿Piel clara? Un rosa suave, como si acabaras de volver de trotar en la mañana. Piel más oscura? Puedes permitirte algo más intenso. Aplica el rubor en el centro de las mejillas, donde aparece el rubor natural. Junto con el bronceador y el iluminador, da un aspecto saludable y lleno de vida. Como si acabara de regresar de una clase de yoga, y no después de cuatro horas frente a la computadora.
Maquillaje de ojos – la base de la expresión
Si los ojos son el espejo del alma, el maquillaje de ojos es su marco. Siempre empiezo con una sombra base, una especie de fundamento que hace que todo lo demás se mantenga mejor. Luego, una sombra más oscura en el pliegue del párpado, y ya tenemos profundidad. ¿Es obligatorio el delineador? Para mí, sí. Define el ojo y añade ese “algo” que hace que todo el look sea más expresivo. Y la máscara: pestañas largas y voluminosas son un absoluto must-have. Cada maquillaje de ojos, ya sea de día o de noche, debe coincidir con el resto del rostro. Esa coherencia es la clave del éxito.
Gel de cejas – el toque final
¿Maquillaje sin cejas cuidadas? No, gracias. El gel de cejas es mi herramienta secreta para domar esos pelitos rebeldes. Al final, cuando todo está listo, lo aplico para que las cejas se mantengan en su lugar. Y no lo olviden, las cejas son el marco del rostro, sin ellas todo se ve… incompleto. Así que el gel de cejas es como la cereza del pastel. Todo se mantiene en su lugar, y tú luces perfecta todo el día.
Lápiz labial – el último toque
Y por último, ¡el lápiz labial! Parece algo pequeño, pero lo cambia todo. ¿Labial oscuro? Precisión al aplicarlo, primero aplícalo y luego, si algo sale mal, usa corrector para corregir. Los colores claros los dejo para el final, son menos exigentes. El labial es ese último toque que hace que todo el maquillaje se complete. Y ahora puedes salir a conquistar el mundo, o al menos a hacer compras sabiendo que te ves fantástica.