¿Por qué se seca mi piel? Factores que afectan el nivel de hidratación de tu piel
Ah, la piel seca en invierno… ¿Quién no ha pasado por eso? En invierno, la piel se siente como papel de lija y además grita pidiendo ayuda. Ya sea por esos vientos helados o por el aire seco de los radiadores, el hecho es que nuestra piel pide auxilio. Desde mi perspectiva, como alguien que pasa horas al día cuidando la piel de mis clientas para que luzca hermosa y saludable, tengo algunas reflexiones para ti. ¿Lista para un breve viaje a los secretos de la hidratación?
¿Por qué la piel se seca más en invierno?
Imagina: invierno, nieve afuera, tú envuelta en una manta cálida, pero tu piel no se siente tan bien. En invierno, la humedad del aire disminuye, ¡igual que la cantidad de galletas en la caja después de las fiestas! La piel pierde su barrera natural y la epidermis literalmente se deshidrata. Recuerdo cómo una vez una de mis clientas me contó que, después de regresar de la montaña, su rostro literalmente ardía de sequedad. Por supuesto, una crema hidratante es esencial, pero ¿humedad en casa? ¡Aún mejor! Vale la pena invertir en un humidificador para no despertarte sintiendo que acabas de atravesar el Sahara.
¡Ah! Y olvídate de las duchas calientes y humeantes. Sí, son tentadoras, pero cuando el agua caliente destruye la barrera natural de lípidos, ¡duele! Opta por baños tibios y tu piel te lo agradecerá. ¿Yo? Lo aprendí después de muchos experimentos.
¿Cómo afectan los jabones fuertes, detergentes y largas duchas a la piel?
Te lo confieso, los jabones fuertes son el enemigo mortal de la piel. Esos químicos que contienen son como un ejército que elimina los aceites naturales de nuestra piel. Recuerdo que al principio de mi carrera en el salón, comencé a experimentar con diferentes productos, y los jabones que eran «los mejores» hacían que la piel de mis clientas quedara tan áspera como papel de embalaje. Ahora sé que los limpiadores suaves e hidratantes son clave, especialmente aquellos creados pensando en la piel sensible. ¡Y sí, ahora solo uso esos!
¿Detergentes para la ropa? Otro culpable. Lástima que sea un enemigo invisible, porque ¿quién pensaría que la ropa puede irritar la piel? Recomiendo detergentes suaves sin fragancias innecesarias. ¡Y enjuagar bien! Son mis reglas de oro.
¿Y las duchas? Ah, ¿quién no disfruta de un largo momento de relajación bajo el agua tibia? Pero, en serio, recuerda: cuanto más tiempo te quedas, más secas tu piel. Es como enfrentarse al viento invernal sin guantes: no hay forma de que tu piel salga ilesa.
¿Cómo influye la genética en la sequedad de la piel?
Oh, la genética es una verdadera broma pesada. Recuerdo que mi abuela me decía que siempre tenía la piel seca, y luego me tocó a mí. Sí, lamentablemente los genes son más fuertes que la mejor crema hidratante. Si tienes tendencia a la piel seca porque es cosa de familia, desafortunadamente, no se puede combatir, solo aprender a vivir con ello. ¡Pero se puede hacer con estilo! La clave es el cuidado adecuado, como cremas con emolientes, y atención, ¡beber agua! Porque la piel seca no solo es lo que se ve por fuera, sino también lo que ocurre por dentro.
Por supuesto, no puedes cambiar tus genes (aunque, ¿quién sabe? ¡Quizás en el futuro!), pero puedes aprender a cuidar mejor tu piel. Y recuerda, mi consejo: ¡no olvides una dieta saludable y las cremas adecuadas!
El impacto de enfermedades como la tiroides, la diabetes y la desnutrición en la sequedad de la piel
Sí, algunas enfermedades hacen lo que quieren con la piel, ¡y no en el buen sentido! Una amiga mía con problemas de tiroides se quejaba de que su piel se volvió tan seca que podía competir fácilmente con el desierto. En el caso del hipotiroidismo, la piel se seca, se descama y simplemente pierde vida. La diabetes tampoco ayuda: los niveles altos de azúcar en sangre hacen que la piel pierda agua más rápido de lo que cogemos un segundo trozo de pastel. La hidratación de la piel en estos casos es fundamental, y además, usar dermocosméticos que realmente funcionen.
Ni hablar de la desnutrición: lo que comes tiene un enorme impacto en cómo se ve tu piel. La falta de vitaminas, especialmente A, E y omega-3, hace que tu piel literalmente grite por ayuda. Por eso siempre recalco que una dieta saludable es la mitad del éxito en el cuidado de una piel hermosa. Lo digo por experiencia, porque desde que cuido más lo que como, mi piel finalmente se siente como debería.
Así que mi consejo: si tienes problemas de sequedad en la piel por razones de salud, ¡asegúrate de hablar con un médico y encontrar los productos que realmente funcionen! Tu piel se merece lo mejor.